lunes, 30 de marzo de 2020

Agradecida




Después de un tiempo de  estar perdida y olvidada de mí misma, hoy me encuentro de nuevo con mi Yo.
Ha sido una charla entretenida y gratificante a la vez.
He crecido mucho en este tiempo
Sabes,?
He tenido muchas perdidas...
Pero a la vez muchas ganancias.
Perdí lo que pensé que sería el amor de mi vida y a su vez él se llevó consigo a la familia de la cual provengo.
Es raro leer eso, pero así fue...
Cuando las bases familiares no han sido fuertes ni sólidas cualquier cosa la puede tambalear ni derrumbar y desafortunadamente así era la mía...
No tenía mucho y lo poco que tenía se esfumó!!
Un día me desperté y me sentí sola...
Voltee a un lado y me di cuenta que el pilar más grande que me sostenía se había ido (mi padre) y me sentí tan vacía y sola...
Y justo ese día quien se suponía que era el amor de mi vida y quien tenía que estar s mi lado se mantuvo tan lejos porque su objetivo no era yo, su objetivo era reconquistar a otra mujer que se encontraba ahí disfrutando el momento pero fingiendo dolor...
Ufff, que triste!!
Me hundí en una gran depresión de la cual nadie se dio cuenta y ni yo misma sabía que la tenía y comencé a querer olvidarme de todo, solo había una luz en lo largo de mi camino que no me dejaba perderme del todo: MIS HIJOS.
Dios que desdichada y que egoísta fui, había ojitos mirándome, vocecitas hablándome y manitas sosteniéndome...
Si supieran ellos cuanto miedo tuve porque sabía cuanto habían intentado envenenar su corazón.
Si supieran ellos cuantas veces trate de esconderme porque realmente no me sentía lo suficiente para sacarlos adelante.
Si supieran ellos cuantas veces creí las palabras que me hacía sentir su papá al decirme lo mala madre que había sido con ellos.
Si ellos supieran cuantas veces me sentí tan poca cosa.
Todo lo creí en su momento, me sentí pequeña, me sentí inútil por mucho tiempo por muchos años... Y dejé que me pisotearan, que lastimaran mi dignidad de mujer y de ser humano, permití que me hicieran culpable de mis errores y de los de otro. Permití tantas faltas de respeto que acabaron con mi dignidad, mi autoestima y con el respeto que debía sentir conmigo misma...
Hubo momentos en que me sentí tan destrozada, débil, vulnerable y hasta enferma que solo Dios sabe como pude mantenerme de pie...
No sabía que no solo había permitido que acabarán con mi dignidad, si no que también me convertí en un monstruo...
Era un ser tan distinto a lo que era mi ser en realidad...
Y lo peor es que solo yo tenía la culpa...
La culpa por permitir, por permanecer, por no correr cuando debí desde el prima momento.
No se qué hubiera pasado si esas dos alitas no me hubieran rescatado de mi Misma.
Aun recuerdo con lágrimas en los ojos cuando hablé con mis niños y les dije: "hijos le pedí el divorcio a su papá"
¡¡Que dolor tan grande!! Que miserable me sentí!
Pero lo mas difícil fue para mi decirles: "Ustedes decidan con quien quieren estar. Yo respetaré su decisión y de la Misma forma los amaré profundamente y seguiré  su lado solo que en otra casa"


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